Unas cadenas rodean el cubo, cuyos extremos
lo alzan y esos hierros se
tensan…8 toneladas quedan suspendidas en el aire, como esposas hacen mover
lentamente mueven el enorme pedrusco hasta llegar al suelo…Parece que la hierba
se alza en la urgencia de sentir la luz que pronto le será robada…ahora puedo
entornar lo que siente esa hierba en su último suspiro…Deliberadamente cae la
piedra encima de las maderas y ellas se hunden en el suelo mojado, la misma
madera se presiona, se estruja al caer finalmente la piedra…8 toneladas son
muchas para soportar la vida subterránea…pero seguramente alguna vida
sobrevivirá a esa penumbra cerca de las vigas de madera estrujada.
El pedrusco se libera
de sus cadenas…que se deslizan en su superficie sin dañar el acabado aún
salvaje, con su corte de cantera (ya ha sido movida muchas veces, lo descubro
en sus aristas deformadas) en ese material que falta, en los cantos maltratados
por la necesidad de espacio en otros espacios más grandes…donde el bloque tenia
la misma dimensión que un terrón de azúcar, entre decenas de otros de un tamaño
similar…